11S, VEINTE AÑOS YA

Foto: Noticieros Televisa com

Se cumplen 20 años de los atentados del 11 de septiembre en los Estados Unidos de Norteamérica, el día en el que, para bien o mal, el mundo cambió. La magnitud y el impacto que generó aquel acontecimiento, nos hace tener presente  lo que hacíamos  y dónde nos encontrábamos, justo en aquel preciso instante.

Dando la vista atrás, me viene a la memoria aquella reunión en pleno corazón del Paseo de la Castellana, en Madrid, a las 15:00 horas de España. Junto a otros compañeros de trabajo, me encontraba en una sala de juntas e íbamos a iniciar una videoconferencia a través de aquellos primeros sistemas de videoconferencia.

Justo en aquel momento, encendí el televisor que estaba en aquella sala de juntas, y al buscar el canal por el que íbamos a tener la reunión con otros compañeros que estaban  en las oficinas de Bilbao, en Euskadi, aparece en pantalla una imagen de las torres gemelas y, de una de ellas, salía una columna de humo.

Foto: Antena 3 Noticias

Al principio no prestamos mayor atención, aparentemente parecía la escena de una película pero, vemos que se trata del informativo de Antena 3 Televisión que, a esa hora iniciaba su emisión. Al tomar el mando y activar el sonido, recuerdo cómo, los cuatro compañeros que estábamos en aquella sala nos quedamos atónitos viendo la televisión. Sin mediar palabra ente nosotros, ni miradas, de repente, en la pantalla vemos como un avión impactaba en la segunda torre. Fue en aquel momento cuando uno de los  compañeros dice: “es un atentado”, cosa que luego se confirmaría. Fue justo aquella palabra la que nos hizo reaccionar.

En aquel momento reparo que, que en Nueva York eran las nueve de la mañana y, de repente, viene a mi mente la imagen de mis amigos, y la de antiguos compañeros de trabajo que conocí años antes en mi estadía en aquella ciudad. Sabía que algunos de ellos, por motivo de trabajo, frecuentaban aquellos edificios. Entonces corrí a mi puesto de trabajo, intenté llamar por teléfono pero fue imposible, las líneas estaban colapsadas. Acudí a ver en Internet las páginas de informativos, CNN, New York Time, ABC News, Fox News.

Foto: CNN News

Las que funcionaban, en esos primeros momentos,   apenas ofrecían alguna imagen e información de primer impacto. Todo era confuso hasta que, de repente, aquellas páginas de Internet se transformaron, desaparecieron las fotos y los elementos gráficos, mostrando un texto plano. Luego supe que, por cuestiones técnicas y el uso del ancho de banda de entonces en al red,  lo hicieron para aligerar el contenido que tenían y así poder seguir facilitando información, como si de un teletipo se tratara. Cuando vi aquello es cuando tome conciencia de la gravedad de lo que estaba pasando y de lo que podía pasar.

Seguía sin saber  nada de mis amigos y conocidos. Lo único que se me ocurrió fue mandarle un e-mail a cada uno de ellos para saber si estaban bien.  Ahora que lo pienso, fue como poner un mensaje en el interior de una botella y lanzarla al mar, a un océano con olas del tamaño de aquellas dos torres que, atónitos, vimos colapsarse delate de nuestros ojos, como si hubiéramos estado en cualquiera de las calles del Lower Manhattan.

Nunca llegamos a hacer aquella conferencia pero, allí nos quedamos toda la tarde en aquella sala de juntas, sin apenas hablar entre nosotros y con la mirada puesta en la pantalla del televisor, y en mi caso, esperado la respuesta de unos correo electrónicos que hacían más angustioso el momento que estaba viviendo. Una sensación que se repetiría años más tarde, el 11 de septiembre de 2004, justo en aquellas mismas oficinas, cuando conocimos, a primera hora de la mañana, la noticia de los atentados en la Estación de Atocha, en Madrid.

Curiosamente, tras conocer lo ocurrido en ambos atentados, cuando regresaba a mi casa en el centro de Madrid, lo solía hacer en un autobús que recorría todo el Paseo de la Castellana. Aún recuerdo, la expresión en la cara de las personas que iban en aquel autobús y el silencio que lo inundaba todo.  Una sensación extraña que sigue presente cuando llegan estas dos fechas que, como a muchos de nosotros, han marcador nuestras vidas, el 11S y el 11M.

Por suerte, poco  apoco, casi muchas horas más tarde, empezaron a llegar respuestas a aquellos  correos electrónicos del 11S. En la mayoría de ellos, sólo aparecía escrito, “todo bien”, “estoy bien”, “ahora no puedo, ya te cuento”. Con pocas palabras, lograron calmar mi ansiedad. Afortunadamente ninguno de ellos fue a aquellos edificios aquel día pero, sí que conocidos de estos, perdieron la vida dentro de aquellas  torres.

Foto: CNN News

Es la primera vez que recuerdo con detalle lo ocurrido día. Quizás sea porque, veinte años más tarde me encuentro involucrado en un proyecto profesional y en unas circunstancias personales muy parecidas a las que tenía aquel día del mes de septiembre del año 2021 cuando, en pleno corazón financiero de la ciudad de Madrid, preparaba el inicio de aquella videoconferencia y nos sorprendió ver lo que estaba ocurriendo al otro lado del Atlántico, en una ciudad a la amo y que siempre la llevaré en mi corazón.

Entonces vivíamos el estallido de Internet, de las llamadas “Punto Com”. El mundo estaba a nuestros pies, teníamos el futuro al alcance de la mano y, en cuestión de minutos, aquellos atentados lo cambiaron todo.   

Por aquel entonces, participaba en el lanzamiento de uno de aquellos portales de Internet de la época, que se llamaba Canal21.com, de grupo Euskaltel, que posteriormente, como tantos otros, debido precisamente a la crisis económica y de seguridad que tuvo lugar tras aquellos atentados, y las consecuencias de la famosa “burbuja de las punto com”, terminó por desaparecer y, como otros proyectos digitales de la época,  han pasado a formar  parte de la historia de aquellos primeros y apasionantes inicios de Internet.

Ahora ando en las mismas, lejos de mi país y trabajando en un ámbito digital muy diferente al de veinte años atrás. Es como si regresáramos a aquel momento, pero con veinte años más en nuestras espaldas, un poco de más experiencia y haber vivido otro acontecimiento que lo ha vuelto a cambiar todo, una pandemia que ha supuesto otro punto de inflexión para la humanidad, tal y como ocurrió con aquellos atentados.

Y es que, a pesar del tiempo transcurrido, cuando he vuelo a ver las imágenes de lo que ocurrió aquel 11S, me sigo sobrecogiendo y, por unos instantes, me invade un sentimiento extraño de pena y de tristeza.

Foto: Paseo de la Castellana, 93. Madrid. España

Han pasado veinte años de aquella reunión con cuatro compañeros en una oficina del número 93  del Paseo de la Castellana, de Madrid, donde vimos cómo el mundo dejaba de ser lo que conocíamos hasta ese momento. Por circunstanciáis de la vida, por la distancia quizás, no tengo noticias de ellos pero seguro que, donde quiera que se encuentren, quizás en estos días se han acordado de aquel momento, del mismo modo que lo estoy haciendo yo.

A todos ellos, si logran ver este artículo, les mando un abrazo muy grande y decirles que siempre estarán en mi corazón. Y a quienes perdieron a sus familiares, amigos, compañeros de trabajo en aquel desafortunado y cobarde atentado, una vez más, a pesar de los años que han pasado, les transmito mis más sinceras condolencias.

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