MENOS EUROPA Y MÁS POPULISMO.

El auge de los populismos y partidos de ultraderecha en Europa.

Las recientes elecciones al Parlamento Europeo de 2024 han dibujado un panorama político diverso y cambiante en Europa. Si bien los grupos políticos tradicionales han logrado mantenerse, se enfrentan a nuevos desafíos derivados del fortalecimiento de partidos populistas y de extrema derecha en varios países de la Unión Europea.

Este fenómeno no es reciente ni puntual, sino que ha experimentado un crecimiento lento pero constante durante años, especialmente desde las elecciones europeas de 2014. Se trata de una respuesta de amplios sectores de la sociedad europea a una serie de factores socioeconómicos y políticos, entre los que destacan:

  • Los efectos de las sucesivas crisis económicas: La crisis financiera de 2008 y la reciente crisis provocada por la pandemia de COVID-19 han generado un clima de incertidumbre y malestar social, especialmente entre los sectores más vulnerables de la población.
  • Desconfianza hacia las elites urbanas y los medios de comunicación: Una combinación de factores económicos, culturales y de percepción, acompañado de cierto conservadurismo social, ha llevado a que en las áreas rurales prolifere una sensación de abandono y de marginación frente a los grandes núcleos urbanos, con mayor diversidad y acceso a oportunidades.
  • La precariedad laboral: El aumento del desempleo, la temporalidad y los bajos salarios han alimentado la sensación de descontento y frustración entre los trabajadores.
  • El encarecimiento de la vivienda: El acceso a una vivienda digna se ha convertido en un problema cada vez más acuciante en muchas ciudades europeas, lo que ha generado un sentimiento de exclusión y resentimiento entre la población.
  • La inmigración: La llegada de inmigrantes a Europa ha generado debates y controversias, siendo utilizada por algunos partidos populistas como un elemento para exacerbar los miedos y prejuicios de la población.
  • La desilusión con los partidos tradicionales: Muchos ciudadanos europeos se sienten desencantados con la actuación de los partidos políticos tradicionales, a los que perciben como alejados de sus preocupaciones y necesidades.

Este conjunto de factores ha creado un caldo de cultivo propicio para el auge de los populismos y partidos de ultraderecha, que ofrecen soluciones simples y directas a problemas complejos, apelando a menudo a emociones como el miedo, la ira o el nacionalismo.

El auge de la ultraderecha en Europa.

El panorama político europeo ha experimentado una transformación significativa en las últimas décadas, caracterizada por el crecimiento constante del voto a la ultraderecha. Esta tendencia se ha materializado en las sucesivas elecciones al Parlamento Europeo, desde 1990 hasta 2020.

El notable incremento en el porcentaje de votos a partidos de ultraderecha en la mayoría de los países europeos, especialmente a partir de la década de 2010, es un fenómeno que no puede pasarse por alto. Países como Francia, Italia, Alemania y España presentan picos significativos en los últimos años, lo que indica un crecimiento sostenido de la popularidad de estas formaciones políticas.

1. Factores que impulsan el auge de los populismos.

El ascenso de los partidos populistas, especialmente de extrema derecha, se puede atribuir a una combinación de factores clave:

  • Descontento económico y social: Amplios sectores de la sociedad europea experimentan un creciente malestar debido a factores como la precariedad laboral, la desigualdad económica, la falta de oportunidades y la sensación de exclusión social.
  • Tensiones migratorias: La llegada de inmigrantes a Europa ha generado debates y controversias, siendo utilizada por algunos partidos populistas como un elemento para exacerbar los miedos y prejuicios de la población.
  • Escepticismo hacia la Unión Europea: Muchos ciudadanos europeos se sienten desencantados con la actuación de la Unión Europea, a la que perciben como alejada de sus preocupaciones y necesidades.
  • Reacción contra las políticas ambientales: Algunos sectores de la población se oponen a las medidas tomadas para combatir el cambio climático, considerando que estas afectan negativamente a su estilo de vida y a la economía.
  • Fragmentación y declive de los partidos tradicionales: La pérdida de confianza en los partidos políticos tradicionales ha abierto un espacio para que nuevas fuerzas políticas, con discursos más radicales y propuestas más simples, ganen terreno.

2. Un nuevo panorama político europeo.

El auge de los populismos no es una causa única, sino un conjunto de factores interconectados que han contribuido a este fenómeno. Es importante comprender las raíces del malestar social para poder abordar este desafío de manera efectiva.

La nueva realidad política europea, impulsada por el descontento económico, las preocupaciones sobre la inmigración, el escepticismo hacia la Unión Europea y la resistencia a las políticas medioambientales se traduce en una mayor fragmentación y polarización política en el continente.

Nueva radiografía del Parlamento Europeo.

El resultado de las elecciones al Parlamento Europeo de 2024 ha redefinido el panorama político europeo, con un fortalecimiento significativo de las formaciones de ultraderecha. Estas fuerzas políticas obtuvieron un total de 205 escaños, lo que representa el 28,47% de la representación en la nueva Eurocámara.

La ultraderecha logró ser la primera fuerza política en países de gran relevancia para la Unión Europea, como Francia, donde el partido Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen duplicó en votos al partido de Emmanuel Macron; Italia, donde Hermanos de Italia, liderado por Giorgia Meloni, se convirtió en la primera fuerza con el 28,8% de los votos; Bélgica, donde el Vlaams Belang obtuvo el 15,2%; y Austria, donde el FPÖ alcanzó su mejor resultado desde 1996 con más del 25% de los votos. En Alemania o en los Países Bajos, la ultraderecha se posicionó como la segunda fuerza política más votada.

1. Tres grupos de ultraderecha en la Eurocámara.

Este auge se ha materializado en una nueva composición del Parlamento Europeo, donde tres de los ocho grupos parlamentarios, se identifican con formaciones políticas populistas y de extrema derecha:

  • Patriotas por Europa (PPE), promovido por el húngaro Viktor Orbán y su partido Fidesz, liderado por Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen y que integra también a Vox de España. Es el grupo de extrema derecha más grande con 84 escaños.
  • Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), liderado por Giorgia Meloni y Hermanos de Italia. Considerado como el grupo «más moderado» dentro de la ultraderecha por su apoyo a Ucrania en la guerra contra Rusia. Cuenta con 78 escaños.
  • Europa de las Naciones Soberanas (ESN), impulsado por Alternativa para Alemania (AfD) tras su expulsión de Identidad y Democracia. Es el grupo más radical de los tres e incluye partidos de Bulgaria, Chequia y Polonia, sumando 25 escaños.

Se trata de un bloque heterogéneo con un denominador común, la oposición al statu quo.

A pesar de sus diferencias y fuertes liderazgos, estos grupos comparten una postura crítica hacia la Unión Europea y sus políticas, defendiendo posiciones nacionalistas, antiinmigratorias y proteccionistas. La cuestión del apoyo a Ucrania o Rusia ha sido un punto de fricción que ha impedido su unión en un solo grupo parlamentario.

Si se suman los 11 eurodiputados de extrema derecha no adscritos a ningún grupo parlamentario, la cifra total asciende a 196, lo que representa el 27,5% de los escaños de la Eurocámara.

2. Un Parlamento Europeo más fragmentado.

La composición del nuevo Parlamento Europeo tras las elecciones de 2024 queda definida de la siguiente manera:

  1. Partido Popular Europeo (EPP): 188 escaños
  2. Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D): 136 escaños
  3. Patriotas por Europa: 84 escaños
  4. Conservadores y Reformistas Europeos (ECR): 78 escaños
  5. Renovar Europa (Renew Europe): 77 escaños
  6. Los Verdes/Alianza Libre Europea (Greens/EFA): 53 escaños
  7. Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica (GUE/NGL): 46 escaños
  8. Europa de las Naciones Soberanas (ENS): 25 escaños

Hay que indicar que, en el Grupo de Eurodiputados no adscritos, lo conforman 33 eurodiputados, entre los que se encuentran los 11 eurodiputados de extrema derecha no adscritos a ningún grupo parlamentario.

Es evidente que nos encontramos ante un nuevo escenario supone todo un desafío para la democracia y la cohesión europea.

Primeras complicaciones.

La presencia de estos tres grupos parlamentarios de extrema derecha en el Parlamento Europeo y sus marcadas diferencias, en conjunto, van a tener varios efectos en la toma de decisiones en el ámbito de las políticas europeas.

1. Mayor polarización y fragmentación ideológica.

Esta presencia en el Parlamento Europeo facilitará a los grupos de extrema derecha amplificar su discurso, ya que esta institución se convertirá en una excelente plataforma para difundir su discurso populista.

Lo que sí resulta una incógnita saber es si la actual división entre estos grupos se va a mantener en el tiempo. Dentro de cinco años, podrían confluir en la formación de coaliciones más fuertes y coherentes dentro de este ámbito ideológico.

Otra incógnita será saber cómo la sobreexposición del discurso de extrema derecha va a influir en el resto de los grupos parlamentarios en la Eurocámara. Si se mantendrá un bloque compacto frente a estas formaciones políticas o terminará por generar también división entre ellos.

2. Influencia limitada, ¿o no?

Aunque el frente de eurodiputados de ultraderecha cuente con un número significativo de escaños, muchos analistas creen que sus diferencias internas limitarán su capacidad de acción o influencia en la toma de decisiones en la política europea.

En principio, el grupo liderado por Giorgia Meloni (ECR) quiere marcar diferencias con Patriotas por Europa (Viktor Orbán, Marine Le Pen, Santiago Abascal) y puede que adopte posturas más moderadas para acercarse a otros partidos tradicionales y ganar influencia. Sin embargo, esto está por ver, ya que en esta ecuación no hay que olvidar que la distribución de cargos en las instituciones europeas puede condicionar este tipo de acercamiento. Además, aparentemente existe un “cordón sanitario” frente a la ultraderecha y que este tipo de acercamiento a partidos tradicionales en el seno de la Unión Europea puede influir en la política interna italiana.

3. Tensiones internas y externas.

Creo que cinco años son muchos años y se avecinan acontecimientos tanto a nivel interno como en el ámbito internacional que podrían cambiarlo todo.

Muchos de los países miembros de la Unión Europea han de afrontar procesos electorales en los que el resultado que obtengan estas formaciones políticas puede incidir en las decisiones que tomen en Europa.

Por otro lado, el devenir de la Guerra de Ucrania, los posicionamientos frente a un hipotético acercamiento a Rusia y el resultado de las elecciones norteamericanas pueden generar tensiones y afectar la cohesión en la política exterior de la Unión Europea. Sin embargo, lo que hoy separa a estos grupos parlamentarios de extrema derecha podría unirlos más adelante.

¿Pueden continuar creciendo los partidos populistas y de extrema derecha en Europa?

Quizás sea esta la pregunta que muchos nos hacemos tras el crecimiento que han experimentado en los últimos años.

En principio, creo que nadie duda de que las posibilidades de que este tipo de formaciones políticas continúen creciendo en Europa en los próximos cinco años son significativas. Sin embargo, pienso que ello dependerá de ciertas limitaciones y de los desafíos a los que han de enfrentarse.

1. Factores que pueden favorecer el crecimiento de los partidos de ultraderecha en Europa.

  • Contexto Político y Económico: Los efectos derivados de una posible crisis económica, la evolución de la inflación, la precariedad laboral, la inmigración y la inseguridad pueden continuar alimentando el descontento con los partidos tradicionales, impulsando el apoyo a opciones más radicales.
  • Normalización y Adopción de Retóricas: Muchos partidos políticos de corte conservador o centristas están adoptando retóricas y políticas de ultraderecha, especialmente en temas como la inmigración y la identidad nacional, lo que está llevando a normalizar las posturas de los partidos de ultraderecha. Esto, más que beneficiar a estos partidos tradicionales, lo que pueden hacer es facilitar el crecimiento y una mayor legitimación de las políticas de ultraderecha.
  • Estrategias Electorales: La habilidad de los partidos de ultraderecha para formar coaliciones estratégicas y su participación en gobiernos nacionales y/o regionales, les ha proporcionado mayor visibilidad y legitimidad. Si esta tendencia continúa, acentuará su poder y recursos económicos, lo que les permitirá financiar su crecimiento.

2. Desafíos y limitaciones al crecimiento de los partidos de ultraderecha en Europa.

  • Divisiones Internas: Las significativas diferencias ideológicas entre los partidos de ultraderecha presentes en la nueva Eurocámara, especialmente en temas como el apoyo a Ucrania o las relaciones con Rusia, dificultan la formación de un frente unido. Esto limita su capacidad para ejercer una influencia cohesiva en el Parlamento Europeo, lo que restringe su influencia política efectiva.
  • Reacción de otros grupos políticos tradicionales: Los partidos centristas y de izquierda continúan oponiéndose a la integración de la ultraderecha en coaliciones gobernantes y, a menudo, establecen «cordones sanitarios» para limitar su influencia.
  • Impacto en la gobernabilidad a largo plazo. Si bien hay un aumento en el apoyo a los partidos de ultraderecha, su capacidad para mantener y consolidar ese apoyo a largo plazo depende de su habilidad para gobernar de manera eficaz y resolver los problemas que los votantes perciben como prioritarios.

Sea como fuere, las perspectivas futuras de crecimiento para los partidos de ultraderecha en Europa son muy favorables. Su influencia está destinada a seguir creciendo, al menos en el corto plazo.

Si estos partidos políticos logran superar sus diferencias internas y formar coaliciones efectivas, podrían aumentar significativamente su poder e influencia en la política europea. Sin embargo, la resistencia de los partidos tradicionales y las dinámicas cambiantes del panorama político europeo serán factores críticos que determinarán la magnitud de este crecimiento.

Dada la convergencia de todos estos factores, es relativamente alta la probabilidad de que estos partidos experimenten un aumento significativo en su influencia durante los próximos cinco años.

Si bien no se trata de un análisis riguroso, considerando la información disponible y los análisis de varias fuentes, creo que podemos estimar que, la probabilidad de que se confirme un incremento significativo en la influencia de los partidos de ultraderecha en Europa en los próximos cinco años, se puede situar en un rango de entre el 70% y el 80%. Un rango de probabilidades que toma en cuenta tanto los factores favorables como los desafíos mencionados anteriormente.

¿Qué podemos esperar del crecimiento de los partidos populistas y de extrema derecha en las elecciones al Parlamento Europeo de 2029?

Para responder a esta pregunta, es necesario realizar un ejercicio de «política ficción».

Como apuntara anteriormente, insisto en que la proyección que voy a realizar no tiene una base científica o metodológica, sino que se basa en mi experiencia.

Hecha esta puntualización, considero que, si las circunstancias les son favorables, los partidos políticos de ultraderecha en Europa podrían alcanzar una tasa de crecimiento anual en torno al 5% durante los próximos 5 años.

Si se confirmara esta tendencia de crecimiento anual del 5%, los partidos populistas y de extrema derecha, aplicando la fórmula de la tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR), podrían aumentar su representación en el Parlamento Europeo de un 28,47% en 2024 a aproximadamente un 35,58% en 2029. Esto implicaría un incremento significativo en su influencia política y su capacidad para afectar las políticas y decisiones dentro de la Unión Europea.

Si los factores que favorecen este crecimiento, descritos anteriormente, se comportan de tal forma que compensen los desafíos o limitaciones que estos partidos deben afrontar, y si la estimación de crecimiento se confirma, y logra superar ese crecimiento del 5% anual que hemos estimado, la representación de los partidos populistas y de extrema derecha en el Parlamento Europeo en 2029 podría alcanzar entre 349 y 369 eurodiputados (actualmente son 205). En el caso más favorable para estas fuerzas políticas, esto supondría una representación de entre el 48.4% y el 51.2% de la Eurocámara (actualmente representan el 28.47%).

Esto significa que los partidos de ultraderecha podrían llegar a constituir casi la mitad, o incluso la mayoría, del Parlamento Europeo si la tendencia actual de crecimiento se mantiene.

Un futuro marcado por la ultraderecha.

Llegados a este punto, la pregunta que nos surge es: si tuviera lugar este incremento de los partidos populistas y de extrema derecha en Europa, ¿cuáles serían las posibles consecuencias para la sociedad europea?

Por un momento, imaginemos que, sin llegar a las cifras indicadas anteriormente, las que hemos marcado como probables en el mejor de los casos, esta tendencia continúa y, del 28,47% actual, en las elecciones del año 2029, estas formaciones políticas logran alcanzar aproximadamente un 38,3% de representación en el Parlamento Europeo.

Si esto ocurre, estaríamos hablando de una mayor influencia y podría tener consecuencias realmente significativas para la sociedad europea.

A continuación, apunto algunas de las posibles implicaciones que creo que podrían surgir.

1. Cambios en la política migratoria.

Los partidos populistas y de extrema derecha podrían influir en la toma de decisiones políticas, impulsando políticas migratorias más restrictivas. Esto supondría cambios significativos que implicarían:

  • Restricciones más severas: Implementación de políticas más duras para la admisión de inmigrantes y refugiados.
  • Repatriaciones: Aumento de las deportaciones y medidas para facilitar el retorno de inmigrantes a sus países de origen.
  • Seguridad fronteriza: Mayor inversión en controles fronterizos y medidas de seguridad.

2. Impacto en la integración europea.

Estos partidos tienden a ser euroescépticos, una posición ideológica que dudamos que cambien a lo largo de estos cinco años. De hecho, si se produce este crecimiento electoral, es una postura que se reforzará y podría materializarse en:

  • Descentralización del poder: Propuestas para devolver más poder a los estados miembros, reduciendo la autoridad de las instituciones centrales de la UE.
  • Referendos nacionales: Aumento de la demanda de referendos para decidir sobre la permanencia en la UE o sobre tratados específicos.
  • Bloqueo de la integración: Obstaculización de iniciativas para una mayor integración política y económica.

3. Políticas económicas y sociales.

Quizás sea este el ámbito donde sus posturas ideológicas van a ser más efectivas y se implementarán casi de inmediato. Esto implicaría:

  • Proteccionismo económico: Mayor énfasis en políticas económicas proteccionistas para proteger las industrias nacionales frente a la competencia extranjera.
  • Desregulación: Posible reducción de regulaciones laborales y ambientales para favorecer el crecimiento económico nacional en cada uno de los Estados miembros de la UE.
  • Políticas sociales restrictivas: Reducción de programas de bienestar social dirigidos a inmigrantes y posibles cambios en las políticas de igualdad de género y derechos LGBTQ+.

4. Impacto en la cohesión social.

Sin lugar a duda, este sería uno de los impactos más significativos, lo que implicaría:

  • Aumento de la polarización: Mayor división entre diferentes grupos sociales y políticos dentro de los países y entre los estados miembros de la UE.
  • Conflictos sociales: Posibles aumentos en la tensión social y en incidentes de xenofobia y racismo, impulsados por retóricas nacionalistas y excluyentes.
  • Movilización de la sociedad civil: Reacciones y movilizaciones de organizaciones de derechos humanos, grupos progresistas y comunidades afectadas para contrarrestar las políticas restrictivas.

5. Influencia en la política exterior.

Quizás este aspecto sea el más complejo de analizar porque, en política internacional es donde existen las mayores diferencias entre las distintas familias de la extrema derecha en Europa, pero, en caso de que se acerquen posturas podríamos asistir a cambios sustanciales en dos frentes donde, tradicionalmente, ha existido un amplio consenso en la Unión Europea, que son:

  • Relaciones con países no europeos: Posible realineación de las relaciones exteriores, incluyendo una postura más dura frente a países de fuera de la UE y cambios en las políticas comerciales.
  • Relaciones con Rusia y Estados Unidos: Influencia en la política exterior de la UE respecto a potencias globales como Rusia y Estados Unidos, posiblemente buscando un enfoque más aislacionista o de cooperación selectiva.

6. Agenda verde, medio ambiente y cambio climático.

En este tema sí hay un amplio consenso dentro de este grupo ideológico, lo que nos llevaría a tomar decisiones que implicarían:

  • Retroceso en políticas ambientales: Posible debilitamiento de las políticas y compromisos ambientales, con un menor enfoque en la lucha contra el cambio climático y la sostenibilidad.
  • Conflictos sobre el Green Deal: Bloqueo o dilución de iniciativas como el Pacto Verde Europeo, afectando los esfuerzos de la UE para liderar en la acción climática global.

En definitiva, el incremento en la representación de los partidos populistas y de extrema derecha en el Parlamento Europeo podría acarrear cambios significativos en las políticas migratorias, la integración europea, las políticas económicas y sociales, la cohesión social, la política exterior y las políticas ambientales. Estos cambios podrían intensificar la polarización dentro de los estados miembros y en la UE en general, creando un entorno político y social más conflictivo y dividido.

Entre el auge de la ultraderecha y la incertidumbre.

La reciente evolución política en Europa ha puesto de relieve un cambio significativo en el panorama parlamentario: el ascenso de los partidos de ultraderecha. Con 205 escaños en el Parlamento Europeo, lo que representa el 28,47% de la representación total, estos partidos han alcanzado una presencia notable que refleja un descontento creciente con las políticas tradicionales y una mayor aceptación de posturas radicales.

Este crecimiento se ve favorecido por una convergencia de factores económicos, sociales y políticos. La persistente crisis económica, la percepción de una gestión inadecuada de la inmigración y la inseguridad han alimentado el descontento popular, impulsando el apoyo a opciones políticas más extremas. Además, la normalización de las retóricas de ultraderecha por parte de algunos partidos centristas ha contribuido a legitimar sus posturas.

Sin embargo, el auge de la ultraderecha no está exento de desafíos. Las divisiones internas y las diferencias ideológicas significativas entre estos partidos, especialmente en temas como el apoyo a Ucrania o las relaciones con Rusia, limitan su capacidad para formar un frente unido y ejercer una influencia cohesiva. Asimismo, la resistencia continua de los partidos tradicionales y la implementación de cordones sanitarios siguen siendo barreras importantes para su avance.

Las proyecciones más optimistas, si las tendencias actuales se mantienen, indican que estos partidos políticos podrían llegar a representar entre el 48,4% y el 51,2% del Parlamento Europeo en 2029, con un número de eurodiputados que oscilaría entre 349 y 369. No obstante, este escenario está sujeto a múltiples variables y desafíos que podrían modificar estas previsiones.

La política europea se encuentra en constante cambio, y aunque las señales actuales apuntan a un incremento en la influencia de los partidos de ultraderecha, el futuro no está escrito. La capacidad de estos partidos para superar sus divisiones internas, las respuestas de los partidos tradicionales y los eventos socioeconómicos y políticos futuros jugarán un papel crucial en determinar la configuración del Parlamento Europeo en los próximos años. En este contexto dinámico y en evolución, la incertidumbre permanece, y el desarrollo de los acontecimientos continuará siendo observado con atención.

Estos resultados hipotéticos subrayan la importancia de la participación democrática y la necesidad de un diálogo continuo y constructivo entre diferentes fuerzas políticas y la sociedad civil para abordar los complejos desafíos que enfrenta Europa. El fortalecimiento de la ultraderecha en el Parlamento Europeo supone un reto para la democracia y la cohesión europea. Es fundamental comprender las causas de este fenómeno y promover el diálogo y la cooperación entre las diferentes fuerzas políticas para defender los valores fundamentales de la Unión Europea.

Se requiere un análisis profundo y una respuesta firme por parte de las instituciones europeas y los gobiernos nacionales para hacer frente a este complejo fenómeno y defender los valores fundamentales de la democracia, la cohesión social y el respeto a los derechos humanos en Europa.

El futuro de Europa, en definitiva, está en manos de sus ciudadanos y líderes políticos. Si bien las tendencias actuales son significativas, el curso final de la historia aún está por decidirse.

El futuro de Europa no está escrito, pero depende de las acciones que se tomen hoy para asegurar un futuro próspero, democrático y respetuoso con los derechos humanos para todos los europeos.

Fotos: Imágenes generadas con IA.

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