UNA DETONACIÓN CONTROLADA

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Estos días me preguntaba si, con todo el tema de la tesis de doctorado del presidente del Gobierno de España, el Máster del líder de la oposición, Pedro Casado, o las dudas sobre los estudios del presidente de la tercera fuerza política, Albert Rivera, no ha sido más que una detonación controlada, una estrategia de comunicación política minuciosamente elaborada y ejecutada para fortalecer la figura de Pedro Sánchez y, de paso, debilitar a sus principales contrincantes políticos.

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Al reflexionar sobre este asunto, más allá de parecer un auténtico disparate, lo cierto es que me he dado cuenta que existen ciertos elementos que pueden dar algún tipo de verosimilitud a esta teoría. Por eso quiero adentrarme en esos elementos que igual nos pueden permitir ver un poco más allá de los acontecimientos y entender lo que ha ocurrido con esta gran crisis en los primeros cien días de gobierno del presidente Pedro Sánchez.

De ser cierta mi teoría de que estamos ante una crisis autogenerada para intentar sacar algún tipo de rédito político, vemos que, en esta detonación controlada,  intervienen varios elementos que, gestionados inteligentemente, han contribuido a generar esta supuesta crisis sobre el trabajo de doctorado del presidente del gobierno.

Eso sí, se trata de una amalgama de elementos bien estructurados que, por sí solos, no suponen nada pero que, bien combinados, pueden causar el efecto que, aparentemente están generando y que requieren de un exquisito manejo de los tiempos.

Hablamos de una estrategia que, bien trabajada puede que termine por conseguir afianzar y potenciar la imagen de Pedro Sánchez, la de un presidente que sabe que tiene poco margen de maniobra y que es consciente que, en los próximos meses, van a ocurrir muchas cosas que pueden jugar en su contra. La idea sería, hacer uso de esta crisis para impulsar en su carrera y terminar por afianzarse en el poder y desmarcarse claramente de sus potenciales contrincantes políticos, e incluso, de esos enemigos que están acechándole.

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No hay que olvidar que, justo en estos momentos, se está elaborando la famosa encuesta de CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) cuyos resultados, más allá del nivel de cocción del que pueden ser objeto en la famosa cocina del CIS, los veremos con la llegada de un otoño que, en lo político, se aventura un otoño bastante caliente.

Está claro que, más que al Partido Socialista, es al propio  Pedro Sánchez  al que más le interesa que los datos del próximo CIS sean positivos, que vengan a  confirmar los buenos resultados del anterior resultado y poder “vender” que a lo que estamos asistiendo no es a un hecho puntual, como se llegó  a interpretar respecto a los datos el CIS anterior: ahora no es una cuestión coyuntural, sino que estamos ante una verdadera tendencia de cambio de signo del electorado.

Y para que haya un buen resultado, es importante que el nuevo inquilino de La Moncloa, esté bien presente en el inconsciente de los posibles encuestados, de tal forma que, para conseguir esto, necesita con urgencia mayor notoriedad pública;  una notoriedad que sabe que, por cuestiones de logística y tiempo, no puede alcanzar con la actividad parlamentaria o con el limitado margen de maniobra en la gestión de sus ministros. De hecho, compartir unos días con Ángela Merkel,  una gira mediática más que política por Latinoamérica o querer pasar a la historia por el presidente que sacó a Franco del Valle de los Caídos, sabe que no da para tanto.

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De hecho, en términos del corto plazo, en el que necesariamente ha de impulsar su notoriedad pública y con ello poder alcanzar una sentimiento favorable en los encuestados del CIS, sabe que  el tema catalán poco le  va  a ayudar ya que, es una cuestión que ha de cocinar a fuego lento ya que, muy probablemente, dependiendo de cómo ocurran las cosas, sus réditos en términos de imagen, realmente los puede tener a partir del mes de octubre de ese año, con lo que, este asunto catalán, sólo podría usarlo en términos de notoriedad pública, en el siguiente  CIS, el conoceremos  a principio del próximo año, justo antes de determinar si adelanta o no las elecciones generales, pero no ahora.

Por eso, si esta crisis controlada juega a favor de Pedro Sánchez, podrá generar una percepción favorable hacia su figura entre las personas que están siendo encuestadas por el CIS y, de este modo, le será más fácil alcanzar un buen resultado para que, una vez se hagan públicos, poder explotarlos a su favor.

No sé si este factor del CIS ha sido el verdadero motor que ha generado esta crisis controlada pero, no hay que olvidar otro elemento en esta ecuación, la reciente  dimisión de la ex ministra Carmen Montón de la que, a fecha de hoy, ni ella misma se acuerda de que un día fue ministra y que tuvo que dimitir.Txt6.jpg

Estoy convencido que, el conocimiento que se tenía sobre este asunto de la ministra Montón, fue otro elemento que sumó a la hora de decidir generar lo que se he generado con el tema de la tesis del doctorado del presidente. Es más, quizás, me arriesgo a creer que, también el  tema de la cancelación del contrato de armas a Arabia Saudí y la que se generó con los Astilleros de Cádiz que luego  quedó en nada, también formó parte de esta estrategia, en una la primera fase de esta tormenta perfecta y antes de la dimisión de una de sus ministras.

En este sentido, me atrevo a aventurar que, Pedro Sánchez se ha rodeado de un equipo al más puro estilo gladiador. Muy probablemente, sus ministros y ma´s intimos colaboradores son los primeros que saben que, un buen gladiador, si es necesario, ha de sacrificarse por su líder si éste se lo pide o las circunstancias les coloca en tal tesitura. Por eso, no descarto que asistamos a nuevas dimisiones si son necesarias, algo que la sociedad española terminara de ver como normal. Con el tiempo, esta  circunstancia de las dimisiones exprés, no será un elemento que pueda llegar a restar en una supuesta intención de voto, dato a tener en cuenta de cara a las encuestas electorales varias que van a realizarse en los próximos meses pero, sobre todo, entre los encuestados del CIS.

Junto a estas dos cuestiones hay otras circunstancias que enumero a continuación que, muy probablemente, Pedro Sánchez  y su equipo de comunicación y de estrategia política, tienen que haber tenido en cuenta para finalmente, tomar la decisión de ejecutar esta detonación controlada entorno a la figura del presidente.

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Esas otras circunstancias que pueden haber influido en la gestación de esta crisis controlada entorno a la figura del presidente, están relacionadas con la actual situación en la que se encuentran los principales actores políticos en la España de hoy,  son las siguientes:

  • En clave interna, tenemos que, aunque intentan mantener las apariencias, Pedro Sánchez y Susana Díaz, siguen siendo «enemigos íntimos». Una situación que Sánchez ha de neutralizar antes de convocar unas elecciones. Me explico, una vez que Sánchez colocó «a dedo», en una inteligente operación, a ciertos elementos de su partido, con un buen sueldo y coche oficial, en puestos de la administración lo suficientemente atractivos como para no trabajar en su contar dentro del partido, tenía que hacer algo con presidenta andaluza, quien en un futuro podría volver a ponerle las cosas complicadas. El caso es que, “casualmente”, justo después de que conociéramos los datos del último CIS, el equipo de Pedro Sánchez dejó entrever, utilizando como «excusa» la presentación, debate y aprobación o no de los próximos presupuestos que, si era necesario, cabía la posibilidad de un adelanto de las elecciones generales. Un adelanto que podría tener lugar en el mes de marzo del próximo año, coincidiendo con las elecciones andaluzas. Una afirmación que creo que se hizo deliberadamente para hacer reaccionar a Susana Díaz, dando lugar a lo que ocurrió días más tarde, la ruptura de Ciudadanos en Andalucía y la posibilidad de convocar anticipadamente las elecciones andaluzas, como muy tarde, en el mes de diciembre de este año, una decisión que si recuerdan, pasó casi sin pena ni gloria y de la que ya hoy, casi nadie se acuerda. De esta forma, va a tener a Susana Díaz centrada en estas elecciones y así Sánchez podría trabajar con cierta tranquilidad, la hoja de ruta que ha diseñado, con un mayor margen de libertad en el entorno de su formación política. De alguna manera, con esta jugada, ya estarían «colocados» todos sus posibles adversarios internos. Es decir, si no pasa nada extraño, Pedro Sánchez tendrá ocupada a su rival, Susana Díaz, a la que la pasada semana el dio un pequeño susto con el tema de la venta de armas a Arabia Saudí y el efecto que esto tuvo en el bahía de Cádiz, en los astilleros de Navantia, un mensaje que no dejó de ser un pequeño “anuncio a navegantes” al Partido Socialista Andaluz y a su presidenta.
  • Pedro Sánchez tiene en frente a un Partido Popular que, hoy por hoy, por mucho que quieran ocultarlo, sigue igual de debilitado que lo estaba antes de la pasada moción de censura. Con Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría alejados de los resortes del poder, con una nueva dirección, encabezada por Pablo Casado, Sánchez tiene claro que es necesario evitar que se puedan rearmar a corto plazo. Por eso, de alguna forma, hay que “ayudar” a que la actual directiva popular se desgaste lo antes posible para que en las elecciones municipales y autonómicas obtenga un fracaso lo suficientemente notorio como para que tengan que enfrentarse a unas elecciones generales con una debilidad que termine por darle unos resultados que le van a impedir tener la capacidad de conformar un futuro gobierno. Se trata generar, bien sea con el caso del Máster de Pablo Casado o con los casos judiciales por corrupción, con los datos cada vez menos favorables en las encuestas o la guerra soterrada que se vive en los círculos de poder del propio Partido Popular, generar las tensiones necesaria como para que, como ocurrió él tiempos de Hernández Mancha y José María Aznar, esta formación política se vea inmersa en una nueva refundación del partido en la que, probablemente, regresarían figuras de la vieja guardia a controlar nuevamente el partido, cosa que debilitaría a esta formación en términos electorales a corto plazo. Es más, Sánchez sabe que, la debilidad del Partido Popular empieza a estar en donde nunca había estado, en la forma en la que gestionaban a mano de hierro sus direcciones provinciales. A fecha de hoy, aunque muchos de sus dirigentes apoyaron a Soraya Sáenz y ahora se han alineado con Pablo Casado, los afiliados de base, siguen divididos, circunstancia esta que también juega en contra de las posibilidades electorales de este partido, a lo que se suma otra circunstancia que ya hemos mencionado, y es que, en los próximos meses, se volverá a hablar en los tribunales de los casos de corrupción que afectan a este partido y veremos en los medios de comunicación a relevantes figuras políticas de esta formación política, que lo fueron o los son actualmente, con la percepción de imagen negativa que ésta continua exposición pública, puede generar en un circo mediático cada vez más depredador. Y en el caso del famoso Máster de Pablo Casado, aunque sea investigado en el Tribunal Supremo y éste no dimita de su cargo de presidente del partido, sí que le va a jugar en su contra, no sólo por la propia percepción de imagen pública de Pablo Casado, sino que será una auténtica rémora para este nuevo Partido Popular y será un lastre que le impedirá conseguir un muy buen resultado en las próximas citas electorales. Este será un tema recurrente que desplegará una espesa cortina de humo en sus propuestas y mensajes electorales. Circunstancia está especialmente sensible para el electorado de centro que es el que, desde siempre, ha permitido al Partido Popular, alcanzar mayorías, pero también para su electorado tradicional y de mayor edad que, como ha ocurrido en otras ocasiones, es probable que, cuando llegue el momento de dar su voto, preferirá quedarse en casa que votar a otro partido político. Pedro Sánchez sabe que, al  nuevo y joven líder del Partido Popular, una vez sea investigado, vez va a estar cada vez más cuestionado en los medios de comunicación y especialmente expuesto  en los programas de televisión que, muchos de sus votantes, muchos de ellos jubilados, asistirán a un desalentador espectáculo  diario que podrán ver cada día en el salón de su casa, escuchando la radio convencional o cuando lean la prensa escrita.
  • Sánchez es consciente que a Ciudadanos le sigue costado recuperarse del resultado de la moción de censura que le llevo al poder. Y especialmente, su líder, Albert Rivera, no ha asimilado el error estratégico que cometieron de no haber sido ellos los que la presentarán esa moción antes de que lo hiciera el Partido Socialista, confiando que el tiempo y las circunstancias terminaría por hacer que, el entonces presidente, Mariano Rajoy, convocara elecciones anticipadas o, en el per de los casos volviera a aplicará nuevamente el Artículo 155 de la Constitución en Cataluña, lo que suponía una nuevas elecciones en esta Comunidad Autónoma. De haberlo hecho, prosperará o no su moción de censura, muy probablemente, a fecha de hoy, Pedro Sánchez no sería presidente y el escenario político-electoral hubiera sido bien distinto. Además, en estos momentos, las encuestas no le son favorables, sobre tras los datos del último CIS. Además, siguen a la espera de una convocatoria de elecciones en Cataluña que parece que nunca llega y que es lo único que, a fecha de hoy, puede volver a darles la notoriedad que tuvieron hace un año, especialmente a nivel nacional. También, esta crisis controlada ha ayudado a sacar a la luz el tema de los estudios y currículo publicado de Albert Rivera y si, con los estatutos de su partido en la mano, esto puede tener consecuencias, no sólo internas, sino en la percepción social, no tanto pensando en el momento de concurrir en una elecciones, sino en lo que esto pueda influir en la próxima encuesta del CIS y si le hace restar en la intención de voto. De igual forma, esta formación política, tienen ahora un nuevo elemento con el que no contaba, en vez de ser Soraya Sáenz de Santamaría, la nueva líder del Partido Popular, lo es Pablo Casado, un rostro más amable y muy similar al de Albert Rivera , que puede hacerles perder posibles votantes de centro llegados de esta formación política. El caso es que si hubieran tenido que competir electoralmente con Soraya Sáenz de Santamaría, sí que Ciudadanos tendría más elementos para poder diferenciarse de un Partido Popular mucho más continuista de la era Mariano Rajoy. Además, el equipo de Pedro Sánchez  sabe que, en esta formación política, más allá de la dirección nacional no cuentan con figuras relevante, a nivel autonómico y provincial, lo que les hace depender casi exclusivamente del tirón que tenga la marca y su líder y, aunque esto puede ser una ventaja, si alguna de ellas se debilita, puede jugar en su contra. Por tanto, para aumentar la debilidad de este flanco, basta con hacer daño a la marca o a su líder, porque eso hará debilitar el resto de la estructura de este partido.
  • Respecto a Podemos, la situación no pude ser mejor. Probablemente, Pedro Sánchez piensa que, esta formación política se encuentra en un punto en el que es consciente que ha alcanzado su techo de cristal electoral y que, ahora, su empeño se encuentra centrado en intentar consolidar su posición en la izquierda del Partido Socialista que, en la práctica, pasa por terminar de ocupar el espacio de Izquierda Unida. También sabe que su trabajo consiste en lograr mantener la fidelidad a sus votantes y evitar fugas que, en cualquier caso, si estas se produce, terminarán por  regresar al lugar del que en su día salieron, que es el PSOE, algo que tampoco está tan mal pero eso sí, en su justa medida y siempre que, estas fugas no impidan a su líder, Pablo Iglesias seguir contado con capacidad de influencia en el nuevo gobierno y llegado el momento, poder establecer posibles pactos de gobierno municipales y autonómicos de izquierda tras las elecciones locales y autonómicas del próximo año, al igual que la posibilidad de poder entrar a formar parte, esta vez, de manera efectiva, en un futuro gobierno liderado por Pedro Sánchez. Por tanto, el punto al que se ha llegado es que, aunque no lo manifiesten públicamente en demasía, en estos momentos es clave un buen entendimiento entre Podemos y el Partido Socialista ya que, si le va bien a uno, le va bien al otro.
  • En cuanto a las fuerza nacionalistas, salvo alguna excepción, seguirán prefiriendo alinearse como hasta ahora con Pedro Sánchez, en vez de hacerlo con el Partido Popular y Ciudadanos. Eso sí, tras las próximas elecciones generales, es a Pedro Sánchez al que le toca conformar gobierno, estas formaciones políticas van a ser mucho más exigentes con futuros acuerdos de investidura, si es que estos apoyos son necesarios, pero eso pasará más adelante no ahora.

Por último, Pedro Sánchez es consciente que, desde un punto de vista legislativo, poco puede hacer, salvo impulsar gestos que tengan un gran impacto mediático y que, en cierta medida, permitan reforzar a su gobierno y su figura. Gestos de calado como ha podido ser su propuesta de eliminar los aforamientos a los políticos y medidas de carácter social, de gran impacto entre los votantes tradicionales de izquierda y, en especial, de centro progresistas.

Sabe que cuenta con poco margen de maniobra en los próximos presupuestos, desde la Unión Europea y, especialmente, desde el Banco Central Europeo, quienes ya le han dado las indicaciones necesarias y el camino a seguir en los próximos meses. Ahora solo ha de intentar sortear sus primeros presupuestos y hacer frente a las acciones de boicot que le está preparando el Partido Popular y Ciudadanos, quienes van a desplegar toda su artillería para intentar bloquearlos y debilitar la imagen del gobierno en unos medios de comunicación necesitados de incrementar en número de audiencia, de lectores o seguidores en rede sociales. Además, al actual gobierno, ya le han advertido de la crisis económica que está por venir. Una crisis que, de producirse, va a obligar a convocar elecciones generales antes de que se empiecen a notarse los primeros síntomas. Por eso, Pedro Sánchez, necesita debilitar a los posibles enemigos antes de que esta nueva tormenta económica toque tierra y, aunque le queda margen de maniobra, hay que actuar desde ya.

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Pues bien, si introducimos todos estos elementos en una coctelera, los removemos  lo suficiente y utilizamos hábilmente las técnicas de generación de las llamadas `Fake News´ o de la `Post Verdad´, podemos detonar una tormenta perfecta, una crisis controlada, que, gestionándola con inteligencia,  puede jugar a favor de Pedro Sánchez. Probablemente estaré equivocado pero, creo que es lo que, desde hace semanas, se ha venido trabajando en el equipo de estrategia del entorno del presidente y que ha terminado por detonar el  caso de su tesis de doctorado.

Eso sí, de ser cierta mi teoría, estaríamos ante una jugada extremadamente arriesgada y compleja, es como jugar con fuego pero, si lo hace bien, puede que le sea muy favorable. En cambio, si descuida el más mínimo elemento de este complejo entramado, puede que termine por volverse en su contra.

Sé que, todo este análisis puede parecer más una simple eespeculación, más próxima  a lo  que podríamos entender como “política ficción”, o a cualquier trasnochada teoría de la conspiración e incluso un argumento para construir una la trama de una película o serie de televisión pero, ahí lo dejo.

Veremos si, con el transcurrir del tiempo, las piezas de este puzle empiezan a encajar y se confirma mi teoría sobre la tesis doctoral de un presidente como excusa para propiciar una crisis política controlada pensada para fortalecer su figura y debilitar la credibilidad de sus enemigos y de ciertos medos de comunicación. No hay que olvidar que Pedro Sánchez, como nos ha demostrado, es una persona que tiene poco que perder y mucho que ganar, conoce en primera persona cuál es el sabor amargo de la traición y eso, es un factor que sus enemigos políticos nunca ha de perder de vista.

 

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