PARTIDO CONTRA PARTIDO

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Alguien dijo alguna vez una frase que se me ha quedado grabada y que, hoy más que nunca sigue creo que sigue vigente más que nunca: «unas elecciones se ganan siempre con partido, nunca contra el partido». Afirmación esta que, a tenor de los acontecimientos en el seno de diferentes formaciones políticas en diversos países de nuestro entorno, me ha empujado a reflexionar sobre ello.

Estarán de acuerdo con migo en que se trata de una evidencia muy simple y justo por eso, su simplicidad, parece que, a quienes están al frente de alguna de estas formaciones políticas, se les olvida.

Da igual el tamaño que tenga una formación política o la capacidad de «seducción» que pueda tener ante su electorado, pero no sólo s eles olvida eta premisa sino que esto ocurre justo en el momento más crítico, cuando se aproxima el momento de afrontar unas elecciones.

Es tan evidente y de sentido común que para afrontar unas elecciones con ciertas garantías de éxito se ha de hacer sin fisuras, con una estructura orgánica y funcional sólida y con capacidad de “ilusionar” a un electorado cada vez más escéptico, sino que parece que en muchos partidos políticos, cuidar estos aspectos, no es algo que els preocupe en demasía.

TxtVotaMeP1No se trata de ser conservador, progresista, liberal, de derechas, de centro o de izquierdas; electorado quiere «seguridad», demanda «solvencia» en quienes van a depositar la confianza de su voto.

Es así de simple, las divisiones internas no son una buena carta de presentación y menos cundo se quiere gobernar. Es por ello que, a esta situación que parece generalizarse entre buena parte de los partidos políticos, podemos aplicar aquella célebre frase de «la mujer del César, no sólo tiene que serlo sino, parecerlo».

Las organizaciones políticas son organismos vivos, integradas por gentes de procedencias distintas, sensibilidades diversas, personalidades diferentes pero que, se supone que aúnan sus esfuerzos por algo que está más allá de un conjunto de individualidades, por un proyecto común, por una idea, por un objetivo. Es así de simple pero así de complicado.

Es un error de manual presentarse ante los ciudadanos de esta manera e intentar que éstos les confíen su voto, máxime cuando se pretender ser una opción de gobierno y la organización que pretende ser un actor principal del devenir del país en los próximos años, «hace aguas».

Tanto, quienes están al frente de los partidos políticos, como sus militantes de base, han de reflexionar seriamente sobre esta cuestión. Unas elecciones sólo se pueden ganar con el partido pero nunca contra el partido o con un partido dividido.

TxtVotaMeP2Les confieso que lo que me cuesta entender que estas cosas pasen en organizaciones que pretenden contar con una opción de gobierno, especialmente en formaciones políticas consolidadas y con años a sus espaldas.

Quizás sea que existe una preocupante carencia de liderazgo o, tal vez, que siguen pesando más los intereses individuales que el interés común. Pero bien sea en un caso u otro (o la suma de ambos), lo que parece estar claro es que parece que se han olvidado el fin último y más importante de su razón de ser: un instrumento que, con su trabajo, sea capaz de mejorar la calidad de vida a los ciudadanos que son los que, gobiernen o no, son a los que ha de servir. Es esta y sólo esta su verdadera razón de ser.

No se trata de dirimir las batallas internas dentro de casa y presentarse ante el electorado como si no pasara nada, sino que hay que ser de coherentes y consecuentes con sus palabas y sus actos. No se pueden permitir el lujo de presentarse ante quienes les han de elegir mostrándose débiles, divididos y poco cohesionados porque, si se afrontan una selecciones de esta manera, no nos han de extrañar fenómenos como la abstención, la polaridad, transferencias casi incomprensibles de voto, la desafección del electorado y todo tipo de comportamientos que el ciudadano va a tener como respuesta a situaciones como estas.

Creo que todos recordamos que, desde pequeños, nos decían aquello de, «la unidad hace la fuerza», algo que, de mayores, parece que hemos desaprendido.

En fin, no creo que esta reflexión aporte demasiado y quizás, sea un asunto de poca trascendencia pero, sobre todo, quienes se dedican a esto de la política nos hemos de preguntar porque siguen pasando cosa como estas y si no hay forma de evitar la triste imagen que muchas formaciones políticas están dando a la ciudadanía justo antes de pedirle su voto. Por eso me sigo preguntando que, ¿sí se trata de algo tan evidente, por qué a pocos días de unas elecciones pasan estas cosas?… ¿alguien lo entiende?

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