Parece ser que el teléfono es el mejor indicador para, quienes nos dedicamos a la consultoría política, sepamos que finalmente una campaña electoral la hemos de dar por terminada. Es ese momento en el que, de repente, nuestro teléfono deja de sonar.
Es una situación un tanto extraña. Se trata de una especie de silencio que nos inquieta y, hasta cierto punto, llega a incomodarnos. No enfrentamos ante una situación que, por mucho que nos mentalicemos, no deja de hacernos sentir un vacío que, en muchas ocasiones, no sabemos cómo cubrir.
Durante la campaña, hemos vivido días y momentos muy intensos pero, con el escrutinio de las primeras mesas electorales, parece que esta actividad frenética que hemos vivido, empieza a desvanecerse.
Tras la ansiada pero, a la vez, temida noche electoral, bien sea con la felicidad del triunfo o con el desanimo de la derrota, pareciera que nuestro trabajo se ha terminado definitivamente, pero, lo cierto es que esto no es así.
Pareciera que este momento es el fin pero, en verdad, es justo el inicio. Es el momento este momento y los días inmediatamente posteriores a finalizar unas elecciones cuando, en verdad, hemos de iniciar lo que sería la próxima campaña electoral. Es el momento en el que, nos guste o no, se van a sentar las bases de un futuro éxito o derrota electoral.
Aunque, en apariencia, nuestro trabajo de consultoría ha terminado, no es así, es éste quizás el mejor momento para iniciar lo que se pudiera entender como el comienzo de un trabajo de análisis, de “un trabajo de biblioteca».
A pesar de los sentimientos encontrados que podamos tener tras unas elecciones y los resultados obtenidos, creo firmemente que, es el mejor momento para comprender cuál ha sido en verdad el comportamiento del electorado, para interpretar correctamente los resultados obtenidos y, sobre todo, para ser realmente críticos con nuestro trabajo y sus frutos.
Parece obvio pero, muchas veces se nos olvida. A veces postergamos esta fase de análisis o, la mayoría de las veces se limita a realizar un informe más o menos extenso que entregamos al cliente en el que intentamos interpretar los resultados obtenidos pero, pocas veces damos un paso más allá, intentando proyectar los resultados obtenidos y el comportamiento electoral en un futuro más o menos próximo y, sobre todo, pocas veces plasmamos en dicho informe una valoración crítica acerca de en que hemos fallado y en que hemos acertado.
Es a partir de esta valoración crítica cuando realmente vamos a contar con elementos e información que, realmente, nos serán de extrema utilidad, bien para el diseño de una próxima campaña electoral o bien para ajustar y perfilar lo que sería una futura acción de gobierno, tanto de quien ha sido nuestro cliente, como de próximos clientes y próximas campañas electorales.
Probablemente, muchos de ustedes pensaran que esto que digo parece una obviedad pero, a pesar de mi corta experiencia como consultor político, he podido comprobar cómo resulta difícil hacer entender a un cliente lo vital que son las horas y días posteriores a unas elecciones.
Resulta extremadamente complicado hacerles entender que la campaña todavía no ha terminado con el cierre del último colegio electoral, que hay que seguir trabajando, como mínimo, dos o tres semanas más tras las elecciones. Bien sea en el fulgor de la victoria como en la pesadumbre de la derrota, es el momento de trabajar para empezara aganar unas próximas elecciones.
Ya sé que es de humano vivir una experiencia diferente tras conocer un resultado electoral, bien de euforia desmedida tras una victoria, o bien del duelo de la derrota. Pero el consultor político y el equipo de campaña del cliente, ha de ser capaz de abstraerse de estos estados emocionales y empezar a trabajar, de inmediato y a fondo, para intentar interpretar la información que se esconde tras los resultados electorales obtenidos, como si de un médico forense se tratara.
Nuestra obligación es hacer ver al cliente que es este el momento en el que realmente se empiezan a ganar o perder unas elecciones, es aquí cuando en verdad se decide nuestro futuro y no esperar a que nuestro teléfono deje de sonar.
Por ese motivo, siempre debiéramos de incluir en nuestro diseño de campaña electoral, lo que sería la extensión de la campaña para el día después. No para quedarnos con un mero análisis porcentual de los resultados, sino poder escrudiñar en los resultados y en el comportamiento electoral para intentar entender qué ha ocurrido y que puede llegar a ocurrir en una próxima cita electoral.
Tenemos y debemos de planificar los días y las semanas posteriores a la cita electoral en el que vayamos a trabajar, para hace ese «trabajo de biblioteca» con la eficacia y efectividad necesarias que permitan a nuestro cliente poder afrontar una próxima campaña electoral con un conocimiento realmente profundo de lo ocurrido en la cita electoral en la que vamos a trabajar.
Lo ideal sería que podamos contar con un pequeño equipo de campaña que pueda abstraerse de los sentimientos que surgen tras conocer los resultados de una campaña electoral y, de una forma fría y analítica, poder trabajar en la interpretación objetiva y realista los resultados obtenidos.
Si esto es así, sólo me queda realizar un último apunte ya que, como siempre suele pasar, nos encontramos que, este tipo de reflexiones las solemos hacer tras haber pasado por una experiencia más o menos frustrante de este tipo.
Es por eso que, tras mi última experiencia en las elecciones locales y autonómicas vividas en España recientemente, he querido compartir esta reflexión. Y quizás, el escribir esta reflexión en mi blog no es más que para recordarme a mí mismo que, por mucho que planifiquemos esta parte del plan de campaña, tenemos que estar realmente preparados para la reacción de nuestro cliente y de su equipo y no dejarnos llevar por la euforia o por la decepción del momento que, tanto en un caso como en el otro, puede llegar a paralizar nuestro trabajo, dándolo por terminado y pasar a esa fase de silencio en nuestro teléfono.
Tenemos que insistir en ello y no dejarnos llevar. El día siguiente a unas selecciones es realmente cundo se empiezan a decidir unas próximas elecciones, marcando el verdadero punto de partida de una próxima campaña electoral y no resignarnos a que, de repente, el teléfono deje de sonar.


